Eugène Charles Catalan.  Nació en 1814 en la bella ciudad de Brujas, en Bélgica, que a la sazón se encontraba bajo dominio napoleónico y por tanto era región francesa, y murió en Lieja en 1894.  Catalan mismo se consideró francés, más que belga. Sus padres fueron Joseph Victor Étienne Catalan y Jeanne Bardin.  Ella era casi una niña al nacer Eugène y no se casó con Victor hasta 1821, cuando ella ya tenía 24 años de edad.  El padre era joyero, aunque se ganaba la vida vendiendo perfumes y cuadros.  Más adelante se hizo arquitecto.

Jeanne murió unos cuatro años después de casada y Victor desposó en 1828 a Adélaïde Vitry.  Eugène fue impulsado a seguir también la carrera de arquitecto, lo cual hizo en la École Royale Gratuite de Dessin et de Mathématiques en Faveur des Arts Mécaniques, a la vez que también llevó cursos en la École de Beaux-Arts

Su maestro en la École Gratuite¸ Louis Lefébure de Fourcy, también fue responsable de los exámenes de admisión en la École Polytechnique en 1826, y habiendo observado el talento de Eugène para las matemáticas, lo entusiasmó para prepararse para el examen de admisión en la prestigiada institución.  En 1833 obtuvo el primer lugar en el Concurso General de Matemáticas Especiales.

En 1835 se casó con Charlotte Augustine Renée Perin, conocida como Eugènie, dos años mayor que él, y permaneció toda su vida con ella.  Catalan fue autor de un artículo en el segundo  volumen, de 1837, del Journal de Mathématiques Pures et Appliquées, que publicaba Liouville.  Un año después, en la misma revista, publicó dos artículos más, el segundo de los cuales contiene los llamados “números de Catalán”.

En 1843 publicó en la revista de Crelle, Journal für die reine und angewandte Mathematik[1] que contiene la “conjetura de Catalan”:

Ruego a usted, señor, haga el favor de anunciar en su revista el siguiente teorema que yo creo que es cierto, aun cuando no he tenido el éxito de demostrarlo completamente; quizás otros sean más exitosos.  Dos números enteros consecutivos, que no sean  8  ni  9,  no pueden ser potencias consecutivas; en otras palabras, la ecuación  xm – yn = 1, en la cual las incógnitas son enteros positivos sólo admite una sola solución.

Catalan, gracias a un encuentro fortuito con un amigo del matemático ruso Pafnuti Chebyshev, empezó a corresponder con él.  Gracias a ello, pudo demostrar una fórmula sobre integración múltiple, que publicó en un artículo corto en la revista de Liouville.  Al poco tiempo fue designado secretario de la Société Philomatique (Sociedad de Amigos de las Matemáticas).

Si bien sus logros académicos propiciaban el progreso de su carrera docente, esto ocurría con muchos escollos debidos a la intensa actividad política de Catalan y su punto de vista republicano fuertemente izquierdista.  Durante la Segunda República, encabezada por Louis-Napoleon Bonaparte, Catalan se lanzó como candidato para la Asamblea Nacional.

Su carrera académica pareció ir bien al ser contratado en 1849 en el Lycee Saint Louis; sin embargo, en la École Polytechnique continuaron las decepciones, al ser rechazado por su activismo político después de solicitar nuevamente su ingreso.

Sólo tres años duró la Segunda República gracias a un golpe de estado del propio Bonaparte en 1851 que le dio poder absoluto, y disolvió la Asamblea Nacional.  Al año Bonaparte se convirtió en el emperador Napoleón III.   Esto fue malo para Catalan que no sentía ningún aprecio por los Bonapartes. Al no aceptar hacer el juramento de lealtad, perdió el trabajo.  Pasó los años subsecuentes en París enseñando matemáticas, sin un empleo adecuado.

Después de haber publicado muchos artículos en la revista Journal de mathématiques pures et appliquées, decidió publicar en las Comptes rendus de la Académie des Sciences, como partede una estrategia para ser nominado miembro.  En 1861, la academia convocó a un premio planteando una pregunta sobre poliedros, y Catalan envió un trabajo.  En 1862 se le pidió que lo reescribiera.  Esta versión fue revisada por el jurado formado por Bertrand, Chasles, Liouville y Serret.  Chasles y Liouville recomendaron que se le otorgara el premio pero los otros dos propusieron que se declarara desierto.

Su ingreso a la academia fue denegado, pero para entonces ya había sido admitido en la Real Academia Belga de Ciencias, Letras y Bellas Artes, así como en la de Toulouse y la de Lille.  También fue designado miembro correspondiente de la Academia de San Petersburgo, de la de Turín y de la Accademia Pontificia dei Nuovi Lincei y de muchas más.  En Bélgica recibió orgullosamente la Cruz de Caballero de la Orden de Leopoldo y ya en 1890 fue elevado de Caballero a Oficial de la Orden.

Además de más de unos trescientos artículos de investigación, escribió muchos textos sobre temas para el bachillerato y para cursos introductorios de las carreras de ingeniería que fueron muy populares.

En 1894, la École Polytechnique planeó celebrar el centenario de su fundación.  Siendo Catalan uno de los más viejos egresados aún vivos, planeó hacer una visita final a París para participar en las celebraciones.  Esto ya no pudo ser.  Su esposa cayó enferma en febrero de 1894 y a los pocos días Catalan sufrió un colapso y fue hospitalizado con pulmonía.  El 11 de febrero murió su esposa y el 14 murió él.

 

 [1] Revista para las matemáticas puras y aplicadas

 

 

 

Pensamientos

No puede soslayarse que una buena parte de las matemáticas elementales tienen enorme utilidad práctica.  Pero estas partes de las matemáticas son, consideradas en lo general, bastante aburridas.  Son exactamente esas partes de las matemáticas las que no tienen el más mínimo  valor estético.  Las matemáticas “auténticas” de los matemáticos “auténticos”, es decir, las matemáticas de Fermat, Gauss, Abel y Riemann son casi totalmente “inútiles”.

Godefrey Harold Hardy (1877-1947) matemático británico

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