Sáenz de Cabezón, Eduardo
Entrevista a Eduardo Sáenz de Cabezón en el IMATE
Eduardo es un matemático dedicado al álgebra conmutativa y un divulgador ampliamente conocido en el mundo hispano parlante. La importancia que empieza a adquirir la divulgación de las matemáticas es muy importante en estos tiempos. Aquí una entrevista sobre sus dos facetas en la vida académica.
Aquí se muestra una entrevista que se realizó en el Instituto de Matemáticas de la UNAM
Académico de la Universidad de La Rioja
Eduardo Sáenz de Cabezón es académico de la Universidad de La Rioja, España. Obtuvo su grado de doctor en álgebra computacional, por lo que su área de trabajo principal es en matemáticas discretas y computación. En 2013, gana la final española de FameLab, el principal certamen internacional para fomentar la divulgación de la ciencia identificando, formando y dando a conocer los nuevos talentos que trabajan en ciencia a través de un formato innovador, los monólogos científicos, con la pieza "Un teorema es para siempre".
A partir de entonces y junto con otros monologuistas españoles, crean el grupo Big Van: Científicos sobre ruedas que desde entonces, se especializan en presentaciones de monólogos científicos, actuaciones para científicos, espectáculos teatrales interactivos de "ciencia payasa", talleres de comunicación de la ciencia, congresos, conferencias y diversos eventos que han presentado en solitario o en conjunto en muchos lugares de España y Europa, así como en diversos países de América Latina como México, Costa Rica, Uruguay, Brasil, Argentina y Paraguay.
Eduardo Sáenz de Cabezón: "Sí, soy nerd y estoy orgulloso de eso"
(De http://www.lanacion.com.ar/1733754-eduardo-saenz-de-cabezon-si-soy-nerd-y-estoy-orgulloso-de-eso )
"Nació muy joven y desde pequeño tuvo un poco de miedo a los pájaros. Aprendió a andar en bici con 20 años, pero sabe bucear muy bien desde los 4. Estudió Teología y Matemática, y encima es de Logroño [un pueblito del norte de España]; las tres cosas conforman un currículo casi irrepetible. Desde hace más de 10 años le dejan dar clase en la Universidad de La Rioja, y le permiten dedicarse a sus investigaciones matemáticas sin interrumpirlo casi nunca." ¿Cómo superar la presentación que Eduardo Sáenz de Cabezón Irigaray hace de sí mismo? Este matemático español de 42 años, padre de tres adolescentes y que hace un año y medio creó el grupo de monologuistas científicos The Big Van Theory (El Furgonetón Científico) se da a conocer con la misma simpatía y calidez que derrocha en sus espectáculos de stand up. Convertido en una celebridad, hasta el punto de que ya presenta junto con once colegas su espectáculo en teatros, bares, discotecas y museos de ciencia, universidades de Europa y América latina, este matemático standapero pasó por Buenos Aires para disertar, invitado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, sobre narración oral escénica para la comunicación científica.
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Entrevista a Eduardo Sáenz de Cabezón
1. ¿Qué se proponen las matemáticas hoy en día: descubrir el mundo o seguir desarrollándolo? Dicho de otra forma, ¿el matemático es hoy más arqueólogo o inventor?
Uf, la relación de las matemáticas con “el mundo” es un poco distinta a la de la física o la biología. Las matemáticas tienen su propia existencia, su propio “mundo” que no necesariamente ha de estar conectado con el que las ciencias tratan de explicar. Es cierto que las matemáticas son el lenguaje con el que la ciencia lee e interpreta el mundo, pero son mucho más que eso, son un edificio lógico con miles de corredores, habitaciones y tesoros. Algunos de esos tesoros son después usados como herramientas para explicar el mundo, para conocerlo o para inventarlo.
Así que yo veo más al matemático como inventor, pero también como artista, como músico que a partir de unos elementos sencillos elabora melodías que nadie había escuchado antes. Los matemáticos ahora tratan de resolver problemas fundamentales, algunos muy antiguos como la conjetura de Goldbach, otros centrales, como la hipótesis de Riemann, y otros nuevos y relacionados con los ordenadores y con la física, como las ecuaciones de Yang-Mills o el problema P-NP. Y mientras tanto, también los matemáticos se aplican en las cuestiones que las ciencias les proponen, tratando de desarrollar métodos que les permitan avanzar. Hay quien ha dicho, por ejemplo, que las matemáticas son el nuevo microscopio de la biología.