Los matemáticos que debieran impresionar no son los técnicos que saben multiplicar y hacer grandes operaciones, sino aquellos que saben ver patrones donde nadie los ha visto, consideró el doctor Xavier Gómez Mont, investigador del Centro de Investigación en Matemáticas en Guanajuato (CIMAT), quien agregó que a partir de la detección de estos modelos es posible generar lenguajes matemáticos que permiten dar explicación a diferentes manifestaciones, fenómenos y hechos.
“La matemática son los patrones que hemos podido descubrir en las cosas que están en el exterior. Un patrón es un fenómeno que se repite y aquí se involucran el tiempo —de una manera significativa—, el espacio y la materia; es decir, los patrones son abstracciones de fenómenos observados, ya sea en la naturaleza o en teorías desarrolladas, un claro ejemplo son las matemáticas en sí mismas”.
Declaró que los humanos pudieron transmitir de forma matemática el conocimiento de esos patrones. Por ejemplo, dijo: “Newton ve un patrón e inventa el cálculo diferencial, lo explica, pero nadie nos enseña qué fue lo que vio o qué fue lo que lo motivó”.
Otro ejemplo de esa falta de explicación, añadió, es la universalmente conocida historia de la manzana que cae del árbol, que se ha difundido por generaciones, pero a la cual no se le ha dado la suficiente reflexión en el contexto de la educación, explicar cómo el científico que propuso la ley de la gravedad llegó a determinada teoría, lo que permitiría ir más allá y no quedarse simplemente con la información, sin mayores reflexiones.
En la charla ¿De dónde vienen las matemáticas? Una visión evolutiva, que impartió en el Primer Encuentro de Ciencia y Humanismo, en Juriquilla, Querétaro, el mes pasado, explicó que el lenguaje matemático (por ejemplo: 3×4=12 o cualquier fórmula) es la manera en la que los humanos transmiten el conocimiento sobre patrones observados en la naturaleza que son llevados a la teoría matemática.