El 19 de octubre de 1938, siendo Rector Gustavo Baz Prada, se presenta al H. Consejo Universitario un proyecto para la creación de la Facultad de Ciencias firmado por el Dr. Antonio Caso, Director de la Facultad de Filosofía y Estudios Superiores; el Ing. Ricardo Monges López, Director de la Escuela Nacional de Ciencias Físicas y Matemáticas; el Profr. Isaac Ochotorena (1885-1950), Director del Instituto de Biología, y el Dr. Alfredo Baños, Director del Instituto de Ciencias Físico-Matemáticas.

El propósito era “organizar debidamente el estudio superior de las ciencias en nuestra Universidad” para “formar con
ella, con la Facultad de Filosofía y con los institutos de investigación, el exponente más alto de nuestra cultura.” Se propone al menos siete Departamentos: Matemáticas, Física, Química, Biología, Geología, Geografía y Astronomía, señalando que “es conveniente que exista un instituto correspondiente a cada uno de los departamentos de la Facultad, y de esta manera cada jefe de instituto será al mismo tiempo ex-oficio jefe del departamento respectivo de la Facultad de Ciencias.” Y también “Para coordinar las labores de todos los institutos entre sí y planear debidamente el servicio social que por medio de ellos imparte la Universidad, deberá crearse un Consejo Consultivo formado por los directores de los siete institutos anteriormente mencionados.” (Archivo Histórico de la Facultad de Ciencias).

El proyecto fue aprobado con modificaciones el 5 de diciembre de 1938, y la Facultad inicia sus actividades el 1 de enero de 1939 bajo la dirección del Ing. Ricardo Monges López. Tenía seis Departamentos: Astronomía, Biología, Física, Geofísica, Matemáticas y Química. El total de sus alumnos era de 114, 46 hombres y 68 mujeres.

En 1939, Antonio Caso saludó así la creación de la Facultad de Ciencias: “La razón social de la creación de la nueva Facultad de Ciencias es obvia. Saber es poder… Si no se cultiva la alta especulación científica seguiremos siendo los súbditos de los pueblos y las universidades que sí saben cultivarla en su seno… El acervo de la ciencia humana se ofrece a todos los individuos sin distinción de rango ni clase social… Pero acaece que ciertos conocimientos científicos estarán siempre vedados a la mayoría de los hombres no porque se trate de algo esotérico…sino porque sólo una lenta, madura y difícil preparación es capaz de elevarnos a la cabal comprensión de las leyes científicas…

Como dijo Richet ‘no es por el diario ni por la instrucción primera como podrá la humanidad llegar a nuevas regiones sino por la instrucción superior y, sobre todo, por la investigación científica… Las democracias se han cuidado más de la instrucción primaria que de la ciencia pura. La ciencia es para ellos cosa  secundaria… Las enseñanzas del gran fisiólogo francés, uno de los laureados por el premio Nobel, se
recogerán por la democracia mexicana. ¡Que la simpatía del Estado y de la sociedad acompañe a la obra realizada con la creación de la nueva Facultad!’.”

El Instituto de Investigaciones Físicas y Matemáticas se convirtió en Instituto de Física, y al
poco tiempo se propuso la creación de un Instituto de Matemáticas. En el año de 1940 la Facultad se ubicó en la Escuela Nacional de Ingenieros (actual Palacio de Minería). En el año de 1947 ingresaron 12 alumnos entre físicos y matemáticos y se creó la carrera de actuaría.

 


 

J. Bracho et al., “Matemáticas”, La UNAM por México, ed. Lourdes M.
Chehaibar Náder, UNAM, México 2010, 893 - 928.