Una vez aceptado que las matemáticas tienen un desarrollo propio, independiente de su aplicación  inmediata, y que era necesario formar profesionales que las dominaran, las enseñaran y las crearan, la tarea fue diseñar un plan de estudios y atraer alumnos. Los datos siguientes proceden del Archivo Histórico de la Facultad de Ciencias.

En 1929, en la Facultad de Filosofía y Letras la Sección de Ciencias otorgaba los grados académicos de Maestro y Doctor en Ciencias Exactas a quien siguiera los planes de estudio respectivos, y en 1934, en la Sección de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Facultad de Ciencias los estudios constaban de cinco ciclos.

La Escuela de Física y Matemáticas que inició actividades en 1936 otorgaba en cuatro años grados académicos de maestro y doctor en ciencias y un certificado de profesor para quien concluyera los tres primeros. Su plan de estudios incluye materias hoy consideradas básicas para la licenciatura (a veces con otros nombres): complementos de álgebra, geometría analítica y cálculo diferencial e integral, ecuaciones diferenciales, análisis vectorial, introducción al análisis vectorial, álgebra moderna, y teoría de las funciones analíticas, y otras consideradas hoy optativas: geometría proyectiva, algebraica y diferencial, historia de
las matemáticas y cálculo de probabilidades y varias materias de física.

En 1946 ya hay una carrera de matemáticas cuyo plan de estudios establece cinco materias por año, con materias optativas en el cuarto, cálculo numérico entre ellas. Para 1948 es optativa lógica matemática, en 1950 se añade matemática aplicada e introducción a la topología, y en 1955 se incluye geometría moderna en el primer año siendo optativas todas las materias de cuarto año, estadística entre ellas.

En 1967 entra en vigor el sistema semestral con cuatro materias por semestre (al menos una optativa en cada uno), con un total de 15 obligatorias y 17 optativas. Como optativas figuraban cálculo de variaciones, historia de las matemáticas, varias de actuaría y de computación y seminarios tanto de enseñanza de las matemáticas como de filosofía de la ciencia. En el título podía indicarse la orientación en computación o en estadística al acreditar suficientes materias del área.

Más tarde, geometría moderna en el primer semestre volvió a ser obligatoria y en 1983 las orientaciones se volvieron especialidades. Estas últimas se suprimieron en 2005 por falta de interesados. Además en esa misma adecuación algunas materias optativas cambiaron de nivel porque el desarrollo de las áreas exigía introducir nuevas materias que incorporaran los avances en la disciplina respectiva. Sin embargo se conservó la estructura de 16 materias obligatorias y 16 optativas, lo que ha permitido la introducción de materias novedosas y la actualización constante de los programas de estudio.

Los programas vigentes de las materias y su bibliografía (que pueden consultarse en Planes de estudio de la página electrónica del Departamento de Matemáticas) así como su planta de profesores dan a la carrera un nivel a la altura de la ofrecida por las universidades más reconocidas. Prueba de ello es el desempeño de sus egresados al seguir un posgrado tanto nacional como extranjero, al incorporarse a instituciones de educación o al integrarse a equipos interdisciplinarios tanto del sector público como del privado, en México y en el extranjero.

La carrera de matemáticas de la UNAM no sólo fue la primera en nuestro país, sino que ha sabido mantenerse actualizada. Ha sido el modelo de carreras de matemáticas en otras instituciones en el país, y los fundadores de esas carreras y buena parte de sus profesores son egresados de esta licenciatura o del posgrado de la UNAM. 

La importancia de las matemáticas en el mundo actual ha hecho que cada vez más alumnos escojan esta carrera en primera opción, pues quien tiene una buena formación matemática puede desempeñarse en multitud de actividades con muy buen éxito.

 


 

J. Bracho et al., “Matemáticas”, La UNAM por México, ed. Lourdes M.
Chehaibar Náder, UNAM, México 2010, 893 - 928.