En este periodo los acontecimientos más relevantes en las matemáticas mexicanas son su gran desarrollo en la UNAM, en particular, en el Instituto de Matemáticas; la creación del Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), en Guanajuato en 1980, la creación de las Unidades del Instituto en Morelia en 1989, y en Cuernavaca en 1996, así como la apertura de un gran número de licenciaturas en matemáticas en todo el país. Así mismo, la creación del SNI en 1984 impulsó la publicación de más trabajos de matemáticas.
Otro elemento importante es la realización de conferencias y coloquios internacionales especializados en los que, a diferencia de los organizados durante los años cincuenta, la participación de especialistas nacionales empezó a tener un peso equiparable al de los investigadores extranjeros. Por ejemplo, la 3ª Conferencia Internacional sobre Representaciones de Álgebras (ICRA-3) fue celebrada en la ciudad de Puebla en 1980; y más recientemente, a partir de 1986, se llevaron a cabo las reuniones internacionales sobre sistemas dinámicos y los coloquios nacionales de teoría de las gráficas y combinatoria.
La masa crítica alcanzada durante esos años también propició que en el Instituto se formasen auténticos grupos de trabajo, cuya consecuencia fue un aumento en productividad.
En 1980 hubo un gran acontecimiento para el desarrollo de las matemáticas en México. Con el apoyo académico e institucional del Instituto de Matemáticas y el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el gobierno del Estado de Guanajuato, la Universidad de Guanajuato y la UNAM, así como con el impulso personal de Arturo Ramírez Flores, fue creado el CIMAT, que ahora es uno de los centros sobresalientes del sistema de centros SEP-CONACYT. Ello representó la culminación de los esfuerzos y anhelos de un grupo de matemáticos de la UNAM que deseaban participar en la descentralización de las actividades científicas. Contó con el apoyo decidido del Instituto de Matemáticas y de sus directores Humberto Cárdenas y Raymundo Bautista (de 1984 a 1994), así como de la comunidad que tomó a “la Valenciana” como el lugar preferido para organizar eventos. Como sucede con frecuencia en este tipo de empresas, al cabo de unos años, varios de los participantes regresaron a la Ciudad de México, pero el proyecto ya estaba lo suficientemente maduro y la incorporación entusiasta de otros especialistas propició su consolidación.
Al final de la década de los ochenta el Instituto inició otro esfuerzo de descentralización en Morelia, Michoacán, encabezado por Sevín Recillas (1942-2005). Después de varios años de visitas aisladas se fundó, en una casita rentada en el centro de la ciudad, la Unidad Morelia del Instituto en 1989, cuando Raymundo Bautista era aún director. Desde entonces, alrededor de un grupo de matemáticos, la presencia de científicos de la UNAM ha ido creciendo constantemente hasta formar el actual Campus Morelia de la UNAM. También es notable la influencia que sobre la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) ha tenido ese grupo de matemáticos. Desde su llegada ha impartido clases en la Facultad de Ciencias de la UMSNH (cuyo profesorado se había formado previamente, y por ello la relación natural, en la Facultad de Ciencias de la UNAM); con su presencia estimularon la creación del Instituto de Física y Matemáticas y también el desarrollo del posgrado local en matemáticas. Recientemente, en 2007, este posgrado se fundió orgánicamente con el de Ciencias Matemáticas de la UNAM para formar el primer posgrado conjunto en México: ambas instituciones (UMSNH y UNAM) unen sus fuerzas para otorgar títulos únicos de posgrado en el área de matemáticas. En cierta manera, los matemáticos de Morelia han puesto la pauta para la relación de la UNAM con las universidades públicas locales en las regiones donde aquélla tiene presencia: cómo lograr la colaboración y el beneficio mutuo para el desarrollo académico del país. En la actualidad, la Unidad Morelia del Instituto de Matemáticas cuenta con un grupo consolidado con la productividad promedio en investigación más alta del país en el área.
En 1996, siendo director Luis Montejano (de 1994 a 1998), se inauguró la Unidad Cuernavaca del Instituto de Matemáticas. Se unieron matemáticos del Instituto y del IIMAS para echar a andar la nueva Unidad. A diferencia de la Unidad Morelia que empezó aislada, la Unidad Cuernavaca, desde un principio, está dentro del Campus Morelos de la UNAM, respondiendo a las necesidades de matemáticas de alto nivel que presenta una ciudad con un gran desarrollo científico; en particular tiene fuertes ligas en docencia con la Facultad de Ciencias de la UAEM, la que por esas fechas también empezó a funcionar. Un suceso que marcó a la Unidad Cuernavaca fue la realización, en 1996, del Año de Sistemas Dinámicos, organizado por José Seade y Alberto Verjovsky, en colaboración con el Centro Internacional de Ciencias, también en el Campus Morelos de la UNAM. Vinieron a pasar temporadas en Cuernavaca, tanto los más grandes especialistas en el tema, como jóvenes estudiantes de todo el mundo; desde entonces las “palapas” que sirven de auditorio y café en el hermoso jardín de la Unidad se han vuelto su sello distintivo. Para ese año académico vino a participar en la organización Alberto Verjovsky, matemático mexicano reconocido internacionalmente en el área, a la sazón investigador permanente en la Universidad de Lille, en Francia, después de haber sido Director de Matemáticas en el International Center for Theoretical Physics (ICTP) en Trieste, Italia. A raíz de ese año académico, se integró a la Unidad Cuernavaca. En la actualidad, además de sistemas dinámicos, ahí se cultivan diversas áreas de las matemáticas, desde las muy aplicadas hasta las muy abstractas.
La vocación del Instituto por apoyar el desarrollo de las matemáticas en el país se traduce en múltiples acciones y relaciones de sus miembros con otras instituciones. De entre ellas, hay que destacar, en los años más recientes, apoyos institucionales más coordinados con la Universidad Autónoma de Guerrero, las universidades públicas del estado de Oaxaca en cuya ciudad capital el Instituto tiene una pequeña representación, y con las instituciones públicas de educación superior en la ciudad de Querétaro.
No debemos dejar de mencionar la importante participación del Instituto en la conformación de la Sala de Matemáticas del Museo de las Ciencias Universum, en cuyo diseño laboraron intensamente Javier Bracho y José Antonio de la Peña.
J. Bracho et al., “Matemáticas”, La UNAM por México, ed. Lourdes M.
Chehaibar Náder, UNAM, México 2010, 893 - 928.