De 1984 a 1994 se consolida en el Instituto la profesionalización del quehacer matemático, esto forma parte de un movimiento más amplio que abarca a todo el Sistema de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México. En el caso del Instituto este proceso se vió estimulado por la incorporación de un grupo numeroso y entusiasta de ex-becarios.
Por otra parte los esfuerzos por obtener líneas de investigación desarrolladas dentro de nuestra institución rinden sus primeros frutos en varias áreas de las matemáticas. Se incrementa el hasta ahora exiguo número de doctorados dados por la Facultad de Ciencias.
Durante este tiempo no solamente se incrementa el número de publicaciones en revistas de circulación internacional con arbitraje, sino que también se obtienen resultados matemáticos notables, algo que anteriormente únicamente se lograba durante los trabajos de tesis en Universidades del primer mundo. Como consecuencia de esto los estudios de postgrado se encuentran ya consolidados en 1994.
En 1992 se celebró el 50 aniversario del Instituto, las memorias publicadas por esta ocasión son testigo del incremento de la calidad y del impacto de la investigación realizada hasta entonces. Vale la pena señalar que en este período se reconoce la labor científica y docente de varios investigadores por medio del otorgamiento de diversos premios.
Nuestra institución ha sido generosa en su contribución al desarrollo de la matemática a lo largo y ancho de nuestro país como el carácter nacional de nuestra Universidad nos pide. Se dio en momentos decisivos apoyo a instituciones entonces emergentes como el CIMAT.
La comunidad académica del Instituto tuvo en todo este período un papel importante en la consolidación y transformación de la Sociedad Matemática Mexicana. José Seade, José Antonio de la Peña. Carlos Prieto y Carlos Gómez Larrañaga ocuparon en distintas ocasiones la presidencia de la Sociedad apoyados por mesas directivas en las que muchos investigadores del Instituto participaron con gran entusiasmo.
Dos labores de gran relevancia de nuestra Institución continuaron desarrollándose, la labor docente en la Facultad de Ciencias y el apoyo a carreras de matemáticas de las universidades públicas de nuestro país.
La Universidad Nacional Autónoma de México ha sido fundamental para la construcción de la incipiente tradición científica mexicana, sin embargo la actividad científica está todavía muy centralizada, especialmente en matemáticas. Con el afán de formar nuevos centros de desarrollo matemático, el 11 de diciembre de 1990 se inician las labores de la Unidad Morelia del Instituto de Matemáticas, empieza así un esfuerzo conjunto con la Universidad Michoacana para crear una comunidad matemática activa en el estado de Michoacán.
El período que nos ocupa fue testigo de diversas crisis de tipo económico que afectaron severamente a la comunidad científica de la UNAM pero particularmente a la comunidad matemática ya que en este tiempo varias universidades privadas decidieron contratar profesores de matemáticas de alto nivel, ofreciendo salarios superiores a los ofrecidos en las instituciones públicas.
La creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) ayudó a mantener la planta científica nacional en medio de la crisis económica prevaleciente. La creación de este sistema creó una gran controversia, como antes la había creado la del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Al paso del tiempo, en mi opinión, la fundación de estas dos instituciones fue positiva para la estabilidad y el progreso de la comunidad científica nacional. Investigadores del Instituto han tenido una participación destacada en diversas comisiones tanto del CONACYT como del SNI.
En 1990 con motivo de uno de los muchos conflictos que nuestra casa de estudios ha atravesado, se realizó el Congreso Universitario en donde se pretendía refundar a la Universidad. Mucho tiempo y recursos se invertieron para obtener unos resolutivos que en la práctica afortunadamente por la parte positiva y desafortunadamente por la parte negativa, poco cambió a la Universidad.
Durante el Congreso se hizo patente la extrema complejidad de nuestra Universidad y los enormes contrastes entre sus diversas partes. La Universidad que percibe la mayoría de la gente es la que puede ver todos los días a través de la enseñanza recibida por sus hijos, en la enseñanza media y en la profesional, en esta enseñanza desafortunadamente no se ve reflejada la alta calidad de la comunidad científica y humanística con la que cuenta nuestra casa de estudios. Son quizás estos contrastes entre lo que funciona muy bien y lo que va muy mal que producen tensiones muy grandes, que nunca se resuelven bien y siempre son aprovecadas por intereses políticos e ideológicos de todo tipo.
Finalmente quisiera terminar diciendo que el Instituto experimentó en este tiempo un gran progreso en su actividad de investigación sin abandonar dos de sus vocaciones más preciadas, la enseñanza y la divulgación de la matemática.
Raymundo Bautista
Director del instituto de 1984 a 1994
Memorias del 60 aniversario del Instituto de Matemáticas