(Del Boletín del Departamento de MAtemáticas de la Facultad de Ciencias de la UNAM. #233 Diciembre 2007)

Ángela Acevedo
Cuarta Parte
Al empezar el siglo XX, el ilustre maestro Justo Sierra consiguió, tras muchos esfuerzos, que se fundara la Universidad. La idea rectora era reunir, en un proyecto común, las cuatro escuelas profesionales que existían: Medicina, Jurisprudencia, Ingeniería y Bellas Artes y darles una base o fundamento común: la Escuela Nacional Preparatoria. Pero era necesario, además, que la Universidad se estableciera un lugar donde se pudieran hacer estudios más avanzados que en las escuelas existentes. Era pues necesario fundar
una nueva escuela y que también formara parte de la Universidad. Esa nueva institución se llamó Escuela Nacional de Altos Estudios y fue inaugurada formalmente el 18 de septiembre de 1910, cuatro días antes de la inauguración de la Universidad Nacional de México. La Escuela Nacional de Altos Estudios es fue la madre de las dos facultades
que se dedican a las actividades fundamentales de la cultura: la Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Ciencias. La Escuela Nacional de Altos Estudios estaba constituida por tres secciones, la segunda de las cuales era la sección de ciencias en que se  debería enseñar e investigar biología, física, matemáticas y química.


El primer curso avanzado de matemáticas que se impartió en México se dio en la Escuela Nacional de Altos Estudios den 1912. Fue un curso de funciones analíticas y el profesor que la impartió era un joven de 27 años de edad que se llamaba Sotero Prieto (1884-1935). Sotero Prieto era un gran maestro y un gran hombre. Fue profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, de la Escuela Nacional de Ingenieros y de la Escuela Nacional de Altos Estudios. Fue el gran inspirador de estudiantes que después se convirtieron en los primeros
matemáticos y físicos profesionales mexicanos; entre ellos se pueden mencionar a Alfonso Nápoles Gándara (1897-1992), que posteriormente fue director del Instituto de Matemáticas; a Manuel Sandoval Vallarta (1899-1977), primer físico mexicano que alcanzó  renombre internacional; a Nabor Carrillo (1911-1967), que fue coordinador de ciencias y luego rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; a Carlos Graef Fernández (1913-1988), que luego fue director del Instituto de Física y de la Facultad de Ciencias; a
Alberto Barajas (1913-2004), que fue director de la Facultad de Ciencias y a varios otros matemáticos y físicos, así como a muchos ingenieros y algunas personas que se dedicaron
a las ciencias de la tierra. Se puede afirmar que Sotero Prieto fue mayor el impulsor de la profesionalización  de las matemáticas en México. Fue posiblemente la sesión de
matemáticas, fundada por Sotero Prieto dentro de la Sociedad Científica “José Antonio Alzate” en la que sostuvo por varios años un seminario sobre diversos temas de física y matemáticas modernas. Allí Sandoval Vallarta exponía los resultados de sus primeras investigaciones realizadas en el Massachussets Institute of Tecnhology (MIT) sobre rayos
cósmicos, Nápoles Gándara sobre geometría diferencial; Barajas y Graef, sobre relatividad y gravitación y Nabor Carrillo, sobre mecánica celeste y algunos cálculos que años después fueran importantes para poner en orbita los primeros satélites artificiales. En 1930 se creó un departamento de Ciencias en la que se impartían materias como análisis avanzado, geometría diferencial, física teórica y mecánica racional. En 1935 se crearon las carreras de físico y matemático y en noviembre de 1938 se aprobó la creación de la Facultad de Ciencias y los Institutos de Física y Matemáticas. Con ello se puede decir que finalmente se había logrado establecer las bases de la profesionalización de las
matemáticas en México.

En una especie de ayuda para el desarrollo, la oficina de ciencia de la Casa Blanca asignó al matemático estadounidense George Birkhoff (1884-1944) a que supervisara la
evolución de las ciencias exactas en América Latina, con particular atención en México, por lo que visito nuestro país varias veces e incluso motivó a varios matemáticos 
mexicanos a hacer sus primeras investigaciones en el extranjero. En 1943, con el apoyo institucional de la Universidad, un grupo de grandes entusiastas de las matemáticas encabezado por Alfonso Nápoles Gándara, fundó la Sociedad Matemática Mexicana, Es difícil resumir en unos cuantos renglones la influencia de esta sociedad en el desarrollo de las matemáticas en México, sin embargo desde su fundación y hasta hoy se llevan a cabo los congreso nacionales como importante instrumento de diseminación de la actividad matemática a lo largo y ancho del país. La sociedad también edita el Boletín de la Sociedad Matemática mexicana que ejerce con rigor la selección de sus artículos y tiene una ganada reputación y prestigio internacional.